El lipofilling, qué es y para qué sirve?
El tejido adiposo, o tejido graso, es un tejido muy interesante y con muchas cualidades que constituye un instrumento fundamental entre los recursos de un cirujano plástico. La grasa no es sólo un órgano de almacenamiento, sino también un órgano que alberga una población heterogénea de células con funciones y capacidades específicas. El injerto de grasa, o lipofilling, es el transplante selectivo de tejido graso en áreas anatómicas específicas. Tiene la capacidad de reparar, de rejuvenecer y de aumentar o llenar las deficiencias de tejidos específicos o áreas anatómicas.
La grasa, de por sí, contiene una población de células madre, pero para obtener el máximo beneficio de esta técnica se pueden extraer con relativa facilidad las células madre de la grasa autóloga del paciente (su propia grasa) y añadirlas al injerto de grasa que iríamos a infiltrar, obteniendo así una grasa autóloga enriquecida con células madre.
La terapia con células madre es una nueva frontera en la ciencia anti-envejecimiento, que poco a poco está ganando aceptación porque, además, ayuda a mejorar el sistema inmunológico, la alerta mental, e incluso la líbido.
Los tratamientos anti-envejecimiento con este tipo de técnica provocan notables mejoras cosméticas, desde la piel más firme y suave, hasta ojos más brillantes. Los resultados, que se ven con el tiempo, oscilan entre leves y extraordinarios.
Es una técnica que se utiliza desde hace muchos años con excelentes resultados, con la ventaja de que, por un lado, la sustancia que se inyecta es grasa del propio cuerpo, por lo que no puede producir rechazos, y por otro lado que la permanencia de parte de la grasa inyectada es más larga que en otros productos de relleno, pudiendo ser en algunos pacientes incluso permanente.
Las modernas técnicas quirúrgicas permiten conseguir un aumento de volumen duradero de las mamas, glúteos,
piernas, cara y cualquier otra parte que precise un aumento de tamaño. Otra indicación frecuente es el relleno de cicatrices cutáneas deprimidas ya que, además de añadir volumen, mejora la calidad y elasticidad de la piel.
En los últimos años está adquiriendo mucho interés el lipofilling para la cirugía de mama(tanto reconstructiva como estética). Los resultados son muy naturales y actualmente no existe ninguna relación conocida entre el trasplante de tejido adiposo y el cáncer.
El lipofilling se realiza comúnmente en tres etapas consecutivas: la recolección de tejido adiposo de un sitio donante adecuado con cánulas finas, a través de pequeñas incisiones usando liposucción convencional. Luego la purificación del tejido adiposo aspirado para eliminar el sobrenadante y el exceso de solución, y por último la reinyección de la grasa purificada a través de una técnica de reimplantación tridimensional.
No hace falta tener sobrepeso para poder realizar esta técnica, aunque sí que se deben tener depósitos con volumen suficiente de tejido adiposo para poder extraerlo. Por ejemplo, se puede estar bien de peso pero tener “michelines” o “cartucheras” para que sirvan de zona donante. Hay que tener en cuenta que aproximadamente sólo un 40% de lo que se extrae tiene calidad suficiente para transplantarse.
Es de vital importancia hablar con el paciente de sus expectativas. En muchos casos pueden ser necesarios dos o tres intentos para tener el resultado deseado. Desafortunadamente, casi un 40% de la grasa inyectada se reabsorbe después de cada procedimiento y cada paciente tiene que ser consciente de esto. En general podemos afirmar que en una sola sesión se puede ganar una copa.
El lipofilling es, en resumen, un procedimiento seguro, poco doloroso, que responde a las bajadas y subidas de peso y que evita la utilización de implantes protésicos. Gracias a los nuevos avances en la terapia regenerativa con células madre esta técnica irá ganando más popularidad en los próximos años.