Dr. Giovanni Bistoni

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Linfedema, gran olvidado del cáncer de mama

Al hablar del papel de la Cirugía Plástica tras una mastectomía por cáncer de mama, suele destacarse la importancia de una reconstrucción mamaria de calidad y, en lo posible, inmediata, es decir, en el mismo acto quirúrgico en el que se extirpan las mamas, dados sus indudables beneficios clínicos y psicológicos para las pacientes. Por ello, suele quedar en segundo plano la necesidad de prevenir o tratar el linfedema.

Se estima que en torno al 30% de las españolas sometidas cada año a una mastectomía padecen a continuación un linfedema. Este se produce por la acumulación de linfa en el tejido graso subcutáneo. Dicha acumulación está causada, a su vez, por la alteración que sufre el sistema linfático durante la extirpación de las mamas, ya que, junto a estas, se extirpan habitualmente ganglios linfáticos situados en las axilas, lo que puede ocasionar la obstrucción del drenaje de la linfa y la formación de edemas.

Las consecuencias del linfedema son la hinchazón crónica de una o varias partes del cuerpo -sobre todo los brazos, pero también piernas y genitales-, lo cual, aparte de su efecto antiestético, resulta invalidante por la merma notable de las facultades físicas de las pacientes. Además, esas partes afectadas se van fibrosando y, al disminuir las defensas del organismo, por ser el sistema linfático un sistema inmunitario defensivo, se incrementa el riesgo de padecer infecciones.

Las dos técnicas más empleadas por los cirujanos plásticos especializados en microcirugía del linfedema son la transferencia ganglionar microquirúrgica y la derivación microquirúrgica linfático-venosa. La primera consiste en la extracción de ganglios linfáticos sanos de una parte del cuerpo donde resulten más prescindibles, como la zona superficial de la ingle, y su implantación en las axilas.

La derivación microquirúrgica linfático-venosa une los vasos linfáticos superficiales, situados justo debajo de la piel, con las venas subdérmicas de las extremidades afectadas, derivando así hacia ellas la linfa acumulada. Existe asimismo la linfolipoaspiración selectiva, que permite normalizar el volumen de las extremidades en aquellos casos en los que no se practique una reconstrucción del sistema linfático.

En los últimos años se ha avanzado también en la técnica TBAR (Total Breast Anatomy Restoration), consistente en la restitución total de las alteraciones anatómicas ocasionadas por la cirugía oncológica del cáncer de mama. En otras palabras, en la reconstrucción de las mamas extirpadas y la prevención del linfedema en un mismo proceso quirúrgico. La generalización del TBAR se prevé a corto/medio plazo para el tratamiento de las mujeres que vayan a someterse a una mastectomía y a las que un estudio previo del sistema linfático determine una mayor predisposición a sufrir un linfedema.

fuente:secpre

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